A partir de los dos años ya puedes dejar que tu pequeño se enjabone solo. Al principio tardará mucho más tiempo que tú, pero lo hará con mucho gusto porque es una tarea nueva en su rutina de higiene.
Si quieres que tu pequeño aprenda mejor cómo debe asearse puedes pedirle que lo haga por partes. Primero las piernas, luego los brazos, después la barriga; de esta forma, lo ayudarás a desarrollar en su mente el esquema corporal y a que tenga una imagen real de su cuerpo.
A la hora de preparar el baño del niño, es preferible que no use esponjas, ni siquiera esponja de bebé, sino que debe enjabonarse con sus propias manos; ya que, por mucho que después enjuagues las esponjas y las aclares, no podrás estar seguro de que todos los gérmenes hayan desaparecido.
Recuerda que la hora del baño debe ser un momento de placer para tu pequeño y no una pesadilla. Bastará con que tu bañera esté bien limpia y que no te envuelvas en exagerados cuidados.