El dolor recurrente de piernas es una causa frecuente de consulta al pediatra ya que afecta a más del 15% de los niños y niñas menores de 6 años. Se suele manifestar sobre todo por la noche, pudiendo llegar incluso a despertar al chico por su intensidad y suele desaparecer de forma espontánea por la mañana sin precisar ninguna medicación, esto es lo habitual pero deberemos asegurarnos que el niño no presenta pérdida de peso, ningún cuadro febril agudo, no ha sufrido ningún traumatismo en los días previos y no se acompaña de otros síntomas como cojera o limitación de la movilidad de los miembros.
Cuando exploramos al niño observamos que existe una simetría de sus miembros, no existe ningún punto doloroso ni ninguna maniobra que le cause dolor por lo que deberemos tranquilizar a los padres ya que estos dolores desaparecerán gradualmente al ir creciendo el niño, no guardan relación con el crecimiento ya que muchas veces se dice que son “dolores de crecimiento” cuando esto no es correcto ya que el hueso crece muy lentamente y no provoca dolor. Es curioso el observar que este dolor suele afectar a ambas piernas, pero su localización es cambiante según días y la explicación científica más aceptada es que se trata de una fatiga muscular debido a que a estas edades no paran quietos y lógicamente el músculo se resiente. Por tanto ante un dolor de piernas más o menos recurrente, sin ningún síntoma ni patología asociada recomendamos solo el realizar algún tipo de masaje en la zona o el empleo de calor, utilizando solamente en casos muy agudos el empleo de antinflamatorios tipo ibuprofeno para calmarlo.
Por otro lado, si el niño presenta un dolor más o menos crónico y recurrente siempre en la misma pierna, y en el mismo sitio, es indicación por parte del pediatra de realizar un estudio radiológico o ecográfico para descartar patología más compleja.
Antes hemos nombrado a la cojera que es otra de las causas de preocupación de los padres y se suele manifestar por la imposibilidad de apoyar el pie afecto en el suelo debido en la mayor parte de los casos a una patología denominada “sinovitis de cadera” que consiste en la inflamación aguda por causa vírica del liquido de la articulación de la cadera que hace que el niño al apoyar el pie le duela por lo que de forma instintiva lo arrastra o va a la “pata coja” como mecanismo de defensa. Este caso es también tremendamente frecuente y observamos que el chico no presenta fiebre ni otros síntomas, su estado general es normal y al explorar la pierna afecta no encontramos ninguna señal de traumatismo ni apreciamos ninguna herida en el pie que justifique dicha marcha.
Normalmente comprobamos que ha padecido un proceso catarral de origen vírico una semana antes del inicio de la cojera y el pediatra tras realizar una ecografía de cadera o una simple radiografía de la zona podrá diagnosticar esta patología y tratarla simplemente con reposo absoluto y antinflamatorios por vía oral. Con estas mediadas suele ser suficiente, pero si el niño no mejora deberemos acudir de nuevo a nuestro médico el cual investigará otras causas más importantes como por ejemplo la artritis de cadera que consiste en la infección de la articulación, o la denominada enfermedad de Perthes que se define por la debilidad progresiva de la cabeza del fémur que puede provocar una deformidad permanente de la misma. Pero afortunadamente estos dos cuadros son bastante raros.