Problemas en el embarazo:
Enfermedades como la rubeóla, toxoplasmosis, sifilis; pueden causar problemas auditivos en los niños. También el desprendimiento de la placenta o las infecciones placentarias. Las gestantes nunca deben automedicarse porque existe el riesgo de que al hacerlo el bebé nazca con daños en el aparato auditivo.
Durante el parto:
Los partos prematuros, antes de las 37 semanas, los partos prolongados o aquellos donde exista sufrimiento fetal; podrían originar sordera en el niño.
En la infancia:
Golpes en la cabeza o infecciones como la varicela, sarampión; meningitis y la más peligrosa de ellas, la otitis, pueden causar complicaciones en la audición del bebé. Las molestias, en algunos casos, aparecen luego de un fuerte resfriado que deriva en infecciones mal curadas. La pérdida parcial de la audición (hipocausia) es una de sus consecuencias.