Los bebés empiezan a babear a partir del segundo y tercer mes, ya que durante este periodo empiezan a activar sus glándulas salivales.
Los bebés babean en gran cantidad porque todavía no tienen control de su sistema motor; en este periodo todavía no pueden tragarse la saliva, ni mantener la boca cerrada para evitar que se escape, lo único que pueden hacer es expulsar en forma de baba.
Los bebes incrementan su babeo cuando le empiezan a brotar sus primeros dientes y muchos suelen detenerse cuando ya le han salido la mayoría de las piezas dentales; pero algunos niños continúan babeando más allá del primer año porque todavía no han completado su proceso de dentición.
Ten mucho cuidado si tu niño tiene más de 20 meses de edad y continua babeando de manera excesiva, pues se supone que en este periodo los niños ya deben tener todos sus dientes temporales, conocidos como “dientes de leche”, entonces no habría ningún motivo para que continúen babeando.
Un babeo excesivo debe ser tratado por un especialista, que lo examinará y determinará si su condición es normal. Este babeo puede ser señal de un problema neurológico que afecte su boca y su garganta, trayendo como consecuencias, las dificultades para comer, atragantamiento, y hasta problemas de lenguaje.