El descanso es necesario para que el niño logre tener energía durante el día y se concentre en sus distintas actividades. Lo ideal es que duerma entre 8 y 10 horas.
Cuéntale una historia con gestos y movimientos corporales. Es una interesante manera de captar su atención.
Premia sus avances con caritas felices, estrellas y otros incentivos que lo animen a mantener su concentración en los estudios o en situaciones cotidianas.
Motívalo a practicar un deporte. De preferencia aquellos que benefician las relaciones interpersonales, el control de los impulsos y la atención. El fútbol, tenis o el básquetbol; son algunas alternativas.
Cuando le des indicaciones háblale mirándolo a los ojos. Nuestra atención es parcial mientras nos encontramos haciendo varias actividades a la vez.
Recuerda no exigirle demasiado a tu niño. Su crecimiento irá de la mano con su madurez y el desarrollo de su concentración.