Se debe buscar asistencia médica para obtener el diagnóstico del eccema o dermatitis debido a la dificultad que presenta su diferenciación de otros problemas de la piel.
El tratamiento debe ser controlado por el médico y puede variar dependiendo de la apariencia (etapa) de las lesiones; las lesiones agudas que drenan, las lesiones resecas y escamosas o las lesiones resecas, gruesas y crónicas se tratan cada una de manera diferente.
Cualquier elemento que empeore los síntomas de la enfermedad se debe evitar en la medida de lo posible, incluyendo alimentos alérgenos y otros factores irritantes como la lana y la lanolina.
La piel seca del bebé suele empeorar la condición. Se recomienda mantener un contacto mínimo con el agua y usar menos jabón de lo usual al bañarse o ducharse. Después del bañar a bebés, es importante aplicar una crema lubricante sobre la piel mientras está húmeda. De igual manera, los cambios en la temperatura y el estrés pueden provocar sudoración y empeorar la condición.
El tratamiento de lesiones exudativas puede incluir: lociones calmantes, jabones suaves o vendajes húmedos. Las lociones suaves antipruríticas o los esteroides tópicos (corticosteroides tópicos de bajo poder) pueden calmar las áreas menos severas en proceso de cicatrización, así como las lesiones resecas y escamosas.
Por otra parte, las áreas crónicas engrosadas se pueden tratar con ungüentos o cremas con contenidos de alquitrán, esteroides tópicos (corticosteroides tópicos de medio a muy alto poder), sustancias que lubriquen o suavicen la piel u otros ingredientes. En algunos casos severos, se pueden prescribir corticosteroides sistémicos para reducir la inflamación.
El tratamiento más moderno para el eccema es un nuevo tipo de medicamentos cutáneos llamados inmunomoduladores tópicos (TIMs, por sus siglas en inglés), los cuales son libres de esteroides e incluyen el tracolimus (Protopic) y pimecrolimus (Elidel). Los estudios han mostrado hasta un 80% de éxito con el uso de estos nuevos medicamentos.
Expectativas (pronóstico): El eccema es una condición crónica, pero se puede controlar con un tratamiento apropiado y evitando la exposición a irritantes.
Complicaciones:
– Infecciones bacterianas secundarias de la piel
– Formación de cicatrices permanentes
– Situaciones que requieren asistencia médica
Se debe buscar asistencia médica si el eccema no responde positivamente a los humectantes o al hecho de evitar los alérgenos, si los síntomas empeoran o el tratamiento no es efectivo o si se presentan signos de infección (tales como fiebre, enrojecimiento y dolor).
Prevención: Los estudios han demostrado que los niños que se alimentan con leche materna tienen menos probabilidad de desarrollar eccema. Esto se confirma si la madre lactante no ha consumido leche de vaca en su dieta. Otras restricciones en la dieta también pueden incluir los huevos, el pescado, el maní y la soya.
Esta condición tiende a darse en las familias. En algunos casos, el control del estrés y de las condiciones emocionales (nerviosismo, ansiedad, depresión, etc.) puede ser beneficioso.
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