Aunque la lactancia materna está recomendada como forma de alimentación del bebé exclusiva hasta que el niño tiene seis meses como mínimo y complementaria hasta que éste tiene un año o más, lo cierto es que pocos niños se benefician de la leche de su madre hasta esa edad. El destete, en ocasiones, ocurre porque la madre decide dejar de amamantar al bebé antes de que éste dé muestras de que ya no quiere tomar el pecho.
Las causas de que la madre decida dejar de dar el pecho al bebé pueden ser muchas y variadas: incorporación al trabajo, problemas de salud, presión social, motivos culturales… En cualquier caso, se recomienda que el destete se haga de forma gradual y nunca de forma brusca, para permitir que la mamá y sus pechos se adapten a una menor demanda de su leche. Además, de este modo también resulta más fácil para el bebé tener que dejar de tomar el pecho.
Algunas pautas para ayudar a la mamá en la tarea del destete gradual o progresivo son:
- Ofrecer el pecho sólo si el bebé lo pide, pero nunca tomando la iniciativa. De este modo, no se niega al niño lo que pide, pero tampoco se le ofrece gratutitamente haciendo que se prolongue el hábito.
- Sustituir por otros alimentos las tomas antes de que el bebé llegue a tener hambre y pida el pecho. Así quedará saciado y ya no tendrá la necesidad de tomar también leche materna.
- Distraer al bebé o introducir cambios en su vida cotidiana.