Los niños que padecen un trastorno obsesivo- compulsivo necesitan ser tratados de inmediato para corregir esa conducta agresiva que incluso los lleva a lastimarse tirando de sus cabellos o dañar a otras personas cuando no pueden controlar su ansiedad.
Mientras más rápido sea el diagnóstico mucho mejor para el menor. A medida que pasa el tiempo la enfermedad se arraiga y el tratamiento se torna más riguroso, por lo tanto se necesita la colaboración de los padres para ayudar al pequeño en esta difícil etapa.
El tratamiento es completo y ofrece grandes resultados cuando se complementa los medicamentos con la terapia psicológica, en esta última rescatamos 2 técnicas principales:
Con la técnica cognitiva los niños son capaces de entender sus miedos, y en el camino encontrar alternativas para darles solución sin llegar a sentir aquella ansiedad tan agobiante
En relación a la técnica conductual solo se necesita la ayuda de los padres para corregir o poner límites a este comportamiento.
Por su parte los fármacos cumplen la función de reabsorver la serotanina, neurotransmisor encargado de disminuir los pensamientos obsesivos en los niños. La única persona encargada de medicar es el médico tratante