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Ayudar en casa

Conseguir que los niños empiecen a participar en el cuidado de sus cosas y de la casa es más fácil cuando se fomenta desde que son muy pequeños y como si de un juego se tratase.Hasta las familias mejor avenidas pueden encontrar una fuente de conflicto inagotable en el reparto de las tareas de la casa. El cuidado de la ropa, la cocina o la limpieza consumen mucho tiempo, uno de los bienes más escasos y preciados en nuestros días. Por otra parte, cómo se distribuyen y realizan las tareas en la casa es un fiel reflejo de las reglas del juego tácitas existentes entre los miembros de la familia.

Cuando son pequeños…

  • Implicar a los niños en el trabajo de la casa es muy fácil. Pues ellos lo harán de una manera espontánea. Es importante permitirles que “ayuden” a limpiar, recoger o cocinar, aunque al principio generen más trabajo.
  • Fomentar el placer por trabajar en equipo. Podemos hacer de la preparación de la cena un ritual alegre en el que todos participen, haciendo tareas a su medida. Hasta los más pequeños pueden hacer algo, aunque sólo sea simbólico.
  • Los niños aprenden a hacer las cosas con la práctica. Es decir que, al principio, y hasta que adquieren habilidad y autonomía, conviene estar con ellos mientras hacen sus tareas: colocar su ropa en los cajones, ordenar los juguetes… la repetición es esencial.
  • Es importante ayudarles a establecer una secuencia de acciones. Por ejemplo, antes de ir a desayunar, dejar ya estirado el edredón, después de la ducha, poner la ropa a lavar, después de preparar la merienda, recoger todo lo que se ha utilizado…
  • Elogiar lo que hacen con interés, les salga o no bien, y hacerles sentir el placer de trabajar juntos y en equipo, y la satisfacción de ver las cosas bien hechas.
  • Cuando van creciendo, hay que establecer reglas como no pasar a la siguiente actividad sin dejar recogido lo anterior (sean juguetes o el plato de la merienda).
  • Convertir el orden en un juego. Por ejemplo, podemos jugar a ser un duende que va buscando rastros para saber si se han duchado los niños. Eso les enseña a mirar hacia atrás cuando dejan una habitación.
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