Una forma de darte cuenta de que has abrigado demasiado a tu bebé y el bebé no duerme porque tiene calor es cuando su cara y cuello se muestran enrojecidos. El bebé tiene calor como el resto de personas y esto hará que se sienta incómodo hasta llegar al llanto.
Recuerda que el metabolismo en tu bebé es un proceso inmaduro; por ello, produce más calor que luego le es difícil eliminar. La temperatura corporal ideal que debe tener tu bebé es de 37,5 grados.
Si al medirlo notas que excede esta cantidad, trata de equilibrarla quitándole el exceso de abrigo en las cunas. Desabotona sus prendas gruesas o cámbialas por unas más ligeras.