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Control de esfínteres en los niños

Control de esfínteres en los niños 25 julio, 2008Deja un comentario

¿Ya tu hijo controla los esfínteres? como saberlo si aún no tiene la capacidad para asumirlo sin un periodo de prueba. Como  padre y más aún si eres primerizo, no sabes claramente cual es el momento. Echa un vistazo seguro se despejen un poco tus dudas, pero tu intuición es la más aliada de todos los consejos.

El control de las esfínteres viene dado por el desarrollo y crecimiento del niño, tanto físico como psicológico,pero es importante, medirlo con su comportamiento, no obligarle de ninguna manera, ya a partir de los tres años son capaces de comunicarse, y entender más de lo que se piensa, así que no lo subestimes, y preguntale, si está preparado, y sobre todo con animo.

El control de esfínteres no se aprende. Se adquiere cuando el niño está maduro para ello. Caminar, hablar, comer, son funciones que se adquieren, cuando los niños están lo suficientemente maduros. Son adquisiciones paulatinas, lentas, que llevan mucho tiempo.

Al haber fijado como normal la edad de 2 años para el control de esfínteres, nos hemos creado un problema y sobre todo, se lo hemos creado a nuestros hijos.

Bien entrada la segunda mitad del segundo año de vida (o sea, después del año y medio), algunos bebés pueden empezar a darse cuenta cuando tienen sucio el pañal. Este es un lento proceso que puede llevar alrededor de 2 años más, desembocando en el control de esfínteres.

Es frecuente escuchar a las mamás excusando a sus hijos que se lo hicieron encima, diciendo «estaba tan entretenido jugando, que se olvidó», o preguntando millones de veces antes de salir de cada lugar, si quieren hacer pis, o limitando la ingesta de líquidos a la noche para que aguante sin mojar la cama. Cuando el control de esfínteres está adquirido, estas escenas son infrecuentes. A los adultos y a los niños mayores no nos ocurren estas cosas.

A la hora de pensar en quitar los pañales, es importante tener en cuenta que:

  • El niño debe estar de acuerdo y saber exactamente qué está ocurriendo, qué se espera de él, y explicarle «como hace varias noches que no mojas el pañal, ¿te gustaría probar dormir sin él? Te pondré un plástico debajo de la sábana para que no te preocupes si te haces pis, y probaremos. Si no quieres, probamos más adelante».
  • Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos. Esto es parte de lo esperable, y lo más importante es que nuestros hijos sepan que los acompañamos en este proceso y lo esperaremos todo lo que haga falta.
  • En cualquier orden de la vida, el reforzamiento positivo es beneficioso, y decirle «qué bien lo hiciste, estoy orgullosa de ti», «casi llegamos al baño esta vez, la próxima será mejor aún»). Bajo ningún concepto es aceptable que retemos al niño, que lo humillemos, que lo ridiculicemos o comparemos con otros amigos o hermanos que ya han logrado el control de esfínteres. Recordemos que no hay nada que él pueda hacer para controlar. No depende de que se acuerde, de que esté atento, ni de nada de eso. Se debe estar maduro para eso, y humillarlos o pretender acelerar el proceso es tan ridículo e infructuoso como gritarle a una oruga pretendiendo que se convierta en mariposa.
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