Los padres sobreprotectores niegan a sus hijos la oportunidad de explorar el mundo por si solos. Están todo el tiempo cuidándolos o corrigiendo su comportamiento para así evitarles un tropiezo. Esta excesiva preocupación tiene consecuencias sobre la personalidad del pequeño.
Niños nerviosos, tímidos e inseguros. Tienen problemas para relacionarse en la escuela o en grupos sociales en general.
Muestran una dependencia extrema hacia sus padres, es más común hacia la mamá.
Sienten temor frente a lo desconocido y desconfianza ante cualquier actividad que deban emprender.
Poca tolerancia a la frustración. Quieren ganar a toda costa y cuando eso no sucede se enojan y explotan.
Les cuesta tomar la iniciativa, permanecen quietos ante las dificultades y no asumen sus responsabilidades.
Buscan la ayuda o protección de terceros. Además de sus padres, compañeritos de clase, familiares, hermanos mayores.
Los niños sobreprotegidos sufren mucho cuando llega el momento de separarse de sus padres para ingresar a la guardería o el pre escolar. En ocasiones la mamá necesita acompañarlo durante los primeros días para hacer menos traumático el cambio.