Los berrinches son muy comunes en los niños, ya que están en toda la edad de querer que se haga lo que ellos dicen y quieren. Cuando son más pequeños y se empecinan en algo se les puede distraer con otra cosa y cambiar su foco de atención para que se tranquilicen, pero conforme van creciendo se van dando cuenta que existen límites en su comportamiento y como no les gusta se ponen a hacer berrinches.
Siempre mantente firme en tus decisiones. Si un día le dijiste a tu niño que NO haga algo y al día siguiente le das permiso para que lo haga estarías transmitiendo un doble mensaje-un típico caso que le suele pasar a muchos padres. Tu niño podrá pensar: si un día me dijeron que no y al día siguiente que si, mejor me porto mal para que siempre me dejen hacer lo que quiera.
Esto demuestra que existe una falta de disciplina o reglas establecidas, lo cual hace que tu niño o niña trate de llevar el control de estas situaciones. Ten en cuenta que una buena disciplina no es cuestión de gritarle, jalarle el pelo, pellizcarlo, humillarlo o golpearlo en público; sino más bien de hablarle con amor, paciencia y constancia para que entienda que cuando dices No es por una razón o circunstancia.
Si tu niño te hace un berrinche en tu casa o en la calle, recuerda lo siguiente:
- No te enfurezcas, y así no perderás el control.
- Debes actuar serenamente y decirle que si quiere pedirle algo no lo debe hacer gritando ni llorando.
- Escucha su petición y analiza rápidamente si lo puedes complacer o no; por eso siempre debes darle una respuesta clara de por qué si o no.