La mejor forma de ayudar tu hijo será ganándote su confianza. De nada servirá castigarlo o reprenderlo por sus mentiras si tu relación es distante o no tienes el tiempo suficiente para dialogar con el y hacerle sentir tu cariño.
Felicítalo cuando diga la verdad, aún cuando las consecuencias de su mentira puedan ser desastrosas. Por ejemplo, si dañó tu vestido favorito pero decide ser honesto y asumir su responsabilidad; será importante reaccionar con cordura, sin castigos drásticos que lo lleven a arrepentirse de su decisión
Muéstrate siempre abierta a dialogar. El niño debe percibir un ambiente de tranquilidad, tolerancia y sinceridad. Inicia la conversación con la pregunta ¿Por qué mentiste?
Ayúdalo con tu ejemplo. Será en vano corregirlo cuando tu propia actitud le envía un mensaje distinto al enseñado.
Dale oportunidades para que demuestre su cambio de actitud, de esta manera él notará sentirá tu confianza.
Evita llamarlo mentiroso o preguntarle a cada momento lo mismo ante el temor de ser engañada.
Deja de lado las comparaciones con otros niños que si dicen la verdad, hacerlo solo perturbará más su conducta.