Aunque la natación es uno de los deportes más saludables para el niño, en la piscina encontraremos bacterias y virus, que son los principales causantes de conjuntivitis, herpes ocular, orzuelos y heridas en los parpados.
Por eso, debes tener ciertos cuidados especiales al momento de permitir que tu niño se zambulla en una piscina. Elige una pileta dónde existan controles sanitarios, renovación de agua y niveles estables de cloro.
Tienes que enseñarle a tu niño a darse una ducha antes y después de ingresar a la piscina, de esta manera, eliminará gérmenes innecesarios, que puedan contaminar y provocar enfermedades.
Usa protector solar (adecuados a la edad de tu niño) y asegúrate de que no entre en la zona ocular. Lo más recomendable es que sea recetado por un oftalmólogo.
De esta manera podrás evitar posibles enfermedades virales o bacterianas. Si tienes alguna duda, consúltalo con tu médico.