El sol es una fuente de energía para el ser humano siempre y cuando no abusemos de ella. Al llegar la época estival los padres cada vez más se preocupan y se informan de las consecuencias tanto positivas como negativas que puede tener la exposición de sus hijos al sol sobre todo después del aumento importante de los cánceres de piel en el adulto y las campañas preventivas a escala nacional sobre los peligros del sol.
En principio las recomendaciones para proteger al bebé del sol variarán en función de la edad del niño, el tipo de piel y de la hora de exposición al sol, así recomendaremos que:
- Los bebés por debajo de los 6 meses eviten cualquier tipo de exposición directa. A estas edades los niños no disfrutan de estar a la orilla del mar y puede ser muy peligroso por las quemaduras, las deshidrataciones y los golpes de calor. Esto se puede producir aún empleando sombrillas ya que el efecto del sol sobre el mar y la arena aumenta el poder del mismo. Por tanto, protege a tu bebé del sol y stop en los lactantes pequeños.
- Muchas veces protegemos la piel del bebé blanco olvidándonos de que los más morenitos de piel pueden tener también problemas de quemaduras e insolaciones por tanto las recomendaciones serán las mismas para todas las pieles, solo que en unas serán más intensivas e insistentes que en otras.
- Entre las doce y las cuatro de la tarde el poder dañino del sol es el doble que el resto del día ya que sus rayos inciden en la época estival de forma perpendicular sobre nosotros con mucha más fuerza y afectan a una mayor extensión de nuestra superficie corporal.
¿Cómo protegerlos del sol?
- Evitar el sol directo a los más pequeños.
- Iniciar la exposición al sol de forma paulatina, aumentándola gradualmente a lo largo de los días.
- Utilizar protectores solares que los protejan de rayos UVA y UVB, que utilicen filtros físicos, reflejando la luz e impidiendo la penetración de las rayos infrarrojos y ultravioletas y controlar además su factor de protección. Cuanto más alto sea, mayor será la protección por lo que utilizaremos el más adecuado para cada edad y tipo de piel.
- No basta con poner la crema solar y olvidarnos, es fundamental ser reincidente en la aplicación sobre todo si ésta no es resistente al agua y el niño no para de bañarse
- La extensión de las cremas debe ser en finas capas para dejar que la piel pueda respirar. Emplearemos sobre todo leches o espumas protectoras por su mayor penetración, olvidándonos de los aceites solares que obstaculizan la transpiración.
- Debemos recomendar siempre después de la exposición al sol el empleo de cremas hidratantes y calmantes que reparen la piel dañada y la nutran preparándola para que al día siguiente pueda ser sometida a una nueva agresión.
- Como norma la hora mejor de paseo para los bebes es a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde, es cuando más va a disfrutar y menos calor va a pasar.
- Podemos utilizar gafas de sol pero asegurándonos que son de buena calidad para evitar causar alteraciones oculares.
- No olvidaros de las gorras, mojarles la cabeza de vez en cuando y por supuesto proporcionarles una buena hidratación a base de ingesta oral de agua.