Los complejos surgen de los problemas emocionales en el niño, por ello es necesario que los padres les enseñen a valorarse, más allá de lo bonitos o listos que pudieran ser.
Tu hijo debe entender que existen diferencias físicas entre todas las personas, y que en el mundo siempre serán valoradas algunas, por encima de otras; pero en nada se relaciona con la belleza real de cada ser humano.
Ayúdalo a mirar con naturalidad sus defectos físicos. De este modo, los apodos o comentarios ofensivos no dejarán heridas profundas en él.
Nunca compares a tus hijos entre ellos ni dejes que se insulten en medio de un ‘inocente juego’. Resalta las virtudes del niño y anímalo a resolver por si mismo sus problemas. Eso le dará mayor seguridad también en sus acciones.