–Temen por su seguridad o la de sus padres
– Enferman del estómago con frecuencia, se quejan de dolores de cabeza o de otras molestias físicas.
–No quieren ir a la escuela. Tienen pensamientos negativos entorno a sus compañeros y maestros.
– Huyen de las personas desconocidas.
– Se adelantan al desarrollo de los hechos de forma negativa. Suelen preocuparse por situaciones inexistentes.
Los niños con ansiedad severa se sienten a salvo solo cuando se hallan en el núcleo materno. La sola idea de salir de ella los atemoriza y puede provocar crisis de pánico, si son obligados a ausentarse de sus padres.
Es importante no desestimar sus reacciones. Consulta con un psicólogo e indaga entre sus amigos más cercanos y maestros de escuela, sobre su comportamiento social en el aula.