El acoso escolar o “bullying” afecta no solo al niño agredido, también el agresor o los pequeños que presencian el maltrato suelen manifestar, agresividad adulta en el caso del provocador e inseguridad en quienes inevitablemente observan una y otra vez esas angustiantes escenas.
El niño agredido se siente temeroso y afligido la mayor parte del tiempo. Veamos otras de sus consecuencias:
- Baja autoestima
- Actitudes pasivas
- Trastornos emocionales (depresión, ansiedad), pensamientos pesimistas o destructivos (suicidio) y en el peor de los casos la formación de fobias.
- Problemas psicosomáticos: dolor de estómago, jaquecas
- Adoptar conductas regresivas: orinarse en la cama
- Insomnio, inapetencia
- Desmotivación y apatía hacia los estudios (fracaso escolar)
- Poco interés en hacer amigos, incluso puede perder amistades muy cercanas.
Si desea conocer más sobre este tema puede consultar el libro «Buylling. El acoso escolar»