Es fácil dejarnos confundir por la aparente fragilidad mostrada en los niños. Ellos aunque tardarán algunos años en comprender muchos temas, se encuentran en condiciones de resolver sus propios problemas, incluso antes de cumplir los 4 añitos. Solo necesitan confianza y la oportunidad de demostrar todo su potencial.
Los pequeños creen en sus capacidades cuando logran desarrollarlas con ayuda de sus padres. Sin embargo muchas veces son ellos quienes frustran sus deseos interviniendo en cada desafío. Quienes tienen una correcta orientación entienden qué es la responsabilidad y cómo asumir este compromiso.
Sin embargo se debe tener cuidado con las metas impuestas a los menores, pues será en vano exigirles culminar una tarea si es demasiado para su edad y sus habilidades. Lejos de representar un ánimo en su diario descubrir creará en ellos frustración e inconformidad.
Educar en autonomía facilita el desarrollo de las capacidades afectivas, motrices y cognitivas. Los niños se forman con una autoestima más alta, sin tantos temores; guiados siempre de la mano de sus padres pero teniendo en cuenta la famosa frase “Yo puedo”.