Desatención a los detalles, en las tareas o en los juegos.
Parecen distraidos cuando se les habla, miran hacia otro lado, como si no escucharan tu voz.
Dificultad para seguir instrucciones y terminar sus tareas. Las hacen pero de manera parcial.
Huye de las actividades que requieren concentración.
Olvidan lo estudiado o las indicaciones recibidas más rápido de lo normal. Una consecuencia de no haber comprendido claramente las explicaciones.
Se distrae ante el mínimo ruido o interrupción.
Tiene problemas para organizarse y en su desorden, pierde algunas de sus pertenencias.