Los sonidos fuertes no lo sobresaltan ni lo despiertan mientras duermen.
Buscan el ruido mientras juegan. Lanzan o golpean los objetos en su afan por escuchar.
Tardan en balbucear durante el primer año, no reacciona ante los sonidos o ante las llamadas de sus padres
Demoran en pronunciar palabras y cerca a los 2 años no dicen papá o mamá.
A esta misma edad responde solo a indicaciones sencillas que son reforzadas con gestos o mímicas espontáneas.
Quiere que aumente el volumen de la música o de la televisión.