Los recién nacidos tienen un agudo sentido del olfato reaccionando a los olores fuertes y siendo capaces de distinguir entre el olor de su madre y de su leche.
Además, el bebé es capaz de distinguir los olores agradables de los desagradables. Responde a los olores agradables con movimientos de chupeteo y de lamer, y con movimientos de evitación a los olores desagradables. Puede buscar el pecho materno en la oscuridad o puede sentir el olor de su pañal sucio.
Algunos estudiosos creen que los bebés pueden distinguir el olor de su madre debido al contacto íntimo que se da entre ambos al momento de que la madre lo amamanta. Por eso utilizando su sentido del olfato, tu bebé puede acercarse a tu seno.
A la mayoría de los bebés les gustan los olores de la leche, de la ropa de mamá y papá, olores de perfumes suaves, el olor a vainilla, canela y chocolate.