El juego para el niño no solo es distracción, también fortalece la personalidad. Especialistas comentan que el juego puede superar más dificultades que las terapias de desarrollo psíquico infantil. Solo es necesario ser constante y elegir el correcto.
También, ayuda de manera suave a resolver conflictos. A través del juego adaptas el mundo imaginario al mundo permitido. Como es un juego, el pequeño tendrá tiempo para aprender lo correcto sin sentir miedo o angustia al equivocarse.
Los juegos colectivos, por ejemplo, ayudan a resolver los problemas de socialización y de celos. La simulación de la realidad a través de los juegos también le ayuda a comprender cómo comportarse.