Frágiles de aspecto, fuertes por dentro. El sistema inmunológico del bebé se desarrolla antes de nacer, pero hay que ayudarlo a fortalecerse con vacunas, buena alimentación y mucho cariño.
Desde que nace, tu bebé está expuesto a gérmenes del ambiente. Para poder defenderse, durante las últimas semanas del embarazo, sistema inmunológico empieza a desarrarse. Mientras esto sucede, tú compartes tus anticuerpos a través de la placenta.
Una vez realizado el nacimiento, los anticuerpos serán transmitidos a través de la leche materna. A medida que el sistema inmunológico se va a desarrollando, sus anticuerpos se irán fortaleciendo hasta adquirir madurez con el aumento de su edad.
El contacto con los gérmenes menos peligrosos ayuda a que el sistema nervioso de tu bebé pueda reconocerlos y desarrollar su sistema defensivo con anticuerpos más fuertes. Pero no pienses que solo la naturaleza ayudará a protegerlo contra las infecciones, también recuerda las vacunas y tu afecto.
Las vacunas ayudan a reforzar el sistema inmunológico y se aplican temporalmente. La primera vacuna que recibe al nacer es la hepatitis B. Posteriormente, a los dos meses cumplidos, tu bebé recibirá la segunda dosis de la hepatitis B, la primera dosis de Polio en gotitas, y finalmente, la primera dosis de la Tetravalente: Difteria+Tétanos+ Tosferina+ Haemophylus, en inyecciones.