Las regurgitaciones consisten en la expulsión de una parte de la leche que ha tomado el bebé. En los bebés, las regurgitaciones son frecuentes, pues son un reflejo fisiológico derivado del desarrollo del aparato digestivo. A partir de los 6 meses, van desapareciendo; mientras, aquí tienes unos consejos para reducir su frecuencia.
- Si tu bebé traga demasiado deprisa, prueba a espaciar menos las tomas, para evitar que el bebé tenga demasiada hambre cada vez que le das el pecho.
- Si tienes los pechos muy llenos y congestionados, puede que el bebé trague aire. Para evitarlo, extrae antes de dar de mamar a tu hijo un poco de leche.
- Si la leche te sube demasiado deprisa al principio, extráete un poco antes de la toma.
- Sostén al bebé inclinado hacia atrás durante unos minutos después de cada toma y antes de hacerle eructar. Esto ayuda a que la leche se asiente en el estómago y sea más difícil que vuelva a subir.