La fobia social suele notarse mucho más en la adolescencia o en la adultez, sin embargo, se origina también durante la infancia. Veamos sus causas:
Los genes son el punto de partida en muchos casos. Un niño con temperamento tímido tiene mayores dificultades para enfrentar el estrés o la ansiedad de una manera natural. La fobia social aparece solo en algunos casos, especialmente cuando los padres desestiman el comportamiento del niño.
De este modo, si la timidez es un problema para el niño y los adultos deciden sobreprotegerlo, los temores nunca desaparecerán, al contrario se harán más intensos. La fobia social suele ser un acto aprendido ya sea de manera directa o indirecta. Por ejemplo cuando los padres se aislan de las personas a causa de su timidez, transmiten la misma actitud a sus hijos.
La sensibilidad de un niño tímido le impide desenvolverse con soltura frente a un hecho estresante. La experiencias desagradables quedan marcadas en su mente. Las burlas, bromas pesadas o las críticas reafirman su decisión de permanencer alejado de nuevas personas. Solo se sienten libres al lado de amigos de confianza.