Aunque la leche materna está indicada como el alimento más completo para los bebés, hay casos en los que no es posible para la madre amamantar a su hijo, ya sea porque tiene contraindicaciones para su salud o porque por motivos personales la mamá no está presente o disponible para llevar a cabo esta práctica. En estos casos, se recurre a la leche de fórmula.
La leche de fórmula también es buena para los bebés y es un alimento sustitutivo de la leche materna, que suple las necesidades nutricionales de los pequeños. Evidentemente, la composición química de la leche infantil no es exactamente la de la leche que produce la madre, porque éstas contiene células, hormonas y anticuerpos únicos, pero aporta hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales muy similares a los que proporciona la lactancia materna.
La leche para bebé debe darse al menos hasta que el bebé tiene un año, ya que hasta los 12 meses no están preparados para tomar leche de vaca. A partir de este momento, el niño puede empezar a tomar leche entera, pero debes tener en cuenta que ésta no debe ser desnatada ni semidesnatada, ya que en estos casos el alimento no contiene las calorías y grasas que el bebé aún necesita.