Muchos son indecisos, especialmente las chicas, que tardan horas en vestirse o en elegir las prendas perfectas en un día de compras, incluso en detalles sencillos de resolver se complican; otros deciden en el momento, pero luego cambian de parecer.
Muchos adolescentes buscan cambios en las vidas de los demás y en el comportamiento colectivo, pero les cuesta asumir esos ideales en su propia vida. Requieren orientación para fijarse en sus defectos antes de mirarlos en otras personas.
Algunos adolescentes son suceptibles a las críticas, se sienten observados por sus compañeros. Y hasta pueden asumir pensamientos ajenos con mucha facilidad. Por ejemplo, si una persona ha vivido durante su infancia las burlas de sus hermanos mayores, quizás interprete los cuchicheos o risas de sus amigos de la misma manera.
A los 14 o 15 años parecen tener menos conciencia del peligro, los adolescentes que no son orientados correctamente por sus padres actúan sin medir las consecuencias, las cuales son negativas en la mayoría de casos.
Las reglas impuestas por la sociedad, para algunos, solo disminuyen la oportunidad de disfrutar de la vida a plenitud, sin embargo; otros jóvenes aprenden a divertirse sanamente a pesar de los límites, su energía e ímpetu muestran frutos positivos en cada actividad realizada.