Con un niño lleno de inquietudes es necesaria mucha paciencia. Ellos solo desean aprender y despejar sus dudas a través de ti; pero si son constantemente rechazados sin duda limitarán la comunicación. Muéstrate abierto, sincero y comprensivo, una actitud cercana es determinante para la relación padre –hijo.
Las preguntas serán sencillas y otras complejas, estas últimas te pondrán en aprietos pero nunca debes desanimarte, es mejor ser honesto con tu pequeño y no ensayar una respuesta solo para demostrarle que eres un sabelotodo.
Ante las interrogantes
- Ayúdalo a dar con la respuesta preguntándole ¿Tu que piensas?.
- Presta atención a la motivación que tiene el niño para hacer la pregunta.
- Explícale con palabras sencillas y sin ser muy específico o ampliar el tema. Recuerda que es un niño pequeño.
- Muéstrale fotografías y/o menciona ejemplos que ilustren la explicación.
Si las interrogantes son incomodas para ti u otra persona presente muéstrate serena(o) y explícale brevemente, no sin antes decirle que en casa le darás mayores detalles, nunca lo hagas callar.