¿Cómo reaccionan los niños?
No aceptan la separación de sus padres. Cuando se inicia la convivencia con otra persona, se retraen y evitan acercarse a los nuevos integrantes de la familia.
Se muestran agresivos e intolerantes. Tras un divorcio o separación, cualquier razón es un detonante para iniciar una pelea con sus seres queridos.
Discuten con sus maestros o amigos de escuela. Sus calificaciones bajan con el tiempo debido a su poco interés en los estudios, su mente está enfocada en el problema.
Se aisla en su propio hogar, le incomoda la presencia de sus hermanastros y de la pareja de su mamá.
Los niños que se niegan a ser abiertos sobre sus sentimientos sufren en silencio la separación de sus padres y la inclusión de otras personas en su entorno más íntimo. En esos casos, es recomendable buscar ayuda psicológica para el menor y para toda la familia.