La elección depende de ti, pues como madre inicias una tarea incasable en la crianza de tu pequeño hijo. Muéstrale tu amor ayudándolo a valerse por si mismo en este mundo donde encontrará más de un obstáculo en su camino.
Cuidar a tu hijo no quiere decir sobreprotegerlo. Fallar no es característico solo de un grupo de personas, todos en algún momento nos hemos equivocado, nos hemos caído y luego levantado para seguir adelante. Acompaña a tu pequeño en este aprendizaje enseñándole con amor a reponerse frente a cada circunstancia.
Muchos padres cometen el error de complacer a sus hijos en cada petición, se convierten en personitas manipuladoras que con un simple berrinche logran conseguir sus objetivosy por lo tanto terminan convirtiéndose en pequeños frágiles e inconstantes.
Las situaciones cotidianas en casa o en la guardería son el mejor entrenamiento para que estos pequeñines crezcan en fortaleza. Sin duda se relacionan con valores como la disciplina, el respeto y la solidaridad hacia sus semejantes. Son algunos ejemplos: Controlar la agresión hacia sus compañeros de aula o aceptar las indicaciones de mamá aunque les sean molestas.