Los rasguños, jalones de pelo o mordiscos entre niños pequeños suelen vivirse en la guardería con frecuencia, pero no hay razón para alarmarse, tu hijo está creciendo y entenderá con el tiempo a respetar y comprender cuáles son los límites.
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Cuando las rencillas comienzan a aparecer las madres se preguntan si hicieron bien en dejar a su niño al cuidado de terceros. La verdad es que las peleas entre pequeños son inevitable debido a su corta edad. Ellos no comprenden hasta el momento cómo otro individuo tiene los mismos derechos que él y desean a toda cosa hacer prevalecer sus caprichos.
Si el niño se siente invadido de inmediato reaccionará con llanto o mostrando su desacuerdo con algunos empujones. Los padres tienen el deber de ayudar a sus hijos a tomar una actitud pacífica frente al agresor, impedir ser lastimado sin necesidad de entrar en confrontaciones; y lanzar preguntas como ¿juegas con niños que te golpean? o decirles con firmeza “ no me gusta ser lastimado, ¿acaso a ti si?»
En algunos casos los altercados continúan aún con respuestas pacíficas de parte del niño agredido o con la intervención constante de las profesoras a cargo. Quizá el próximo paso sea concertar una cita con las educadoras y dialogar con los padres del niño agresor. Es posible que el problema se halle en casa.