Los niños que roban constantemente pueden hacerlo por varios motivos:
Sus padres minimizan su comportamiento, lo creen normal e inofensivo y nunca los corrigen.
Siguen el ejemplo de sus padres o de otros adultos cercanos a la familia. Si mamá nos trajo esto de afuera y no lo compró ni se lo obsequiaron, entonces no tiene nada de malo. En ocasiones los chicos ven a las personas jactarse entre risas de su hazaña y les parece más un hecho anecdótico que algo indebido.
Cuando los niños reciben dinero desde muy corta edad compran lo que otros pequeños anhelan tener. La decisión de robar ocurre como resultado de esta añoranza.
Ser parte de un grupo también los impulsa a tomar lo ajeno: «Si mis amigos lo hacen, también yo lo haré, deseo ser como ellos».
El comportamiento reincidente muestra mucha inseguridad en las relaciones de estos niños, tienen dificultad para confiar en sus compañeritos y para no depender de ellos, roban para tener lo necesario. Un niño que roba muchas veces culpa a los demás de su actitud.