El suero fisiológico es una herramienta utilizada para lavar cualquier zona del cuerpo, incluidas heridas, ojos, nariz; y que se puede administrar por la vena (vía parenteral).
Se trata de agua a la que se ha añadido sal para que esté en una proporción “fisiológica”, es decir, para que se asemeje a los fluidos del organismo del pequeño. Por eso, debe ser administrado a una temperatura similar a la del cuerpo del bebé, ya que les molesta bastante menos a que si lo administrarás frio.
Por otro lado, el suero fisiológico ayuda a deshacer los mocos y a arrastrarlos para que el bebé los saque afuera o bien para que se los trague.
Se puede encontrar en ampollas pequeñas, en botellas grandes e incluso en aerosol que al parecer disuelve mejor los mocos.
Recuerda que a la hora de administrarlo no debes introducir nada en el orificio del bebé, ni siquiera el aplicador del aerosol, para evitar posibles daños.