Es bastante común que los bebés de 18 meses (y en general los bebés mayores de un año) al ver en su dieta alimentos nuevos y diferentes, dejen de interesarse por la leche e incluso la rechacen. Esta situación en un principio no es preocupante, ya que lo habitual es que el niño vuelva a aceptar la leche pasado un breve periodo de tiempo. Mientras tanto, ofrécele al bebé otros alimentos del grupo de los lácteos, como yogurt y queso.
Si el bebé sigue sin querer probar la leche durante mucho tiempo, lo mejor es que lo consultes con el pediatra.