El descontrol que algunos niños muestran entre los 2 y 4 años se convierte en un problema para sus relaciones personales. Ignorados o apartados por sus compañeritos sufren inevitablemente las consecuencias de sus actitudes.
Todo niño a esta edad juega para divertirse con sus amiguitos, pero qué sucede cuando en lugar de diversión recibe gritos o golpes, pues de inmediato aprenden a rechazar esta conducta apartando al «pequeño agresivo» de su grupo.
A los 4 añitos, los niños aún no tienen total conciencia del porqué han sido aislados, solo se saben solos y con el tiempo temen buscar compañía por el temor a ser excluidos.
Los niños con estas reacciones necesitan ser ayudados por sus padres, no olvidemos que muchas veces el problema central se halla en el propio hogar debido a los constantes conflictos o discuciones que afectan al pequeño. Por otro lado, un psicólogo infantil podría ser un apoyo durante esta etapa.