El respeto entre padres y profesores debe ser lo principal, si el trato entre ambos grupos se vuelve tirante sin duda quien será el más perjudicado será el propio bebe, totalmente ajeno a las circunstancias que propiciaron el distanciamiento.
Los padres deben respetar las reglas impuestas por la guardería, ser prudentes en cuanto a la puntualidad, los horarios para dialogar con los maestros, procurando siempre no irrumpir en las instalaciones del centro cuando los bebes se encuentren en medio de las actividades.
Por su parte los profesores están en la obligación de programar tiempos para entrevistarse con los padres e informarles sobre los avances o retrocesos de sus pequeños hijos. La confianza y el interés de ayudarlos a despejar sus dudas o temores serán importantes para estrechar la relación.
Estas reuniones son a su vez oportunas para los educadores, muy interesados en conocer la manera comos los bebes se relacionan con su padres. En ocasiones conociendo los vínculos afectivos en una familia se comprenden ciertas actitudes de los niños.