Entre los 6 y 9 años el niño(a) se dedica a la escuela, al menos es lo más usual en la mayoría de ellos, sus estudios suelen convertirse en su prioridad , también los amigos e incluso los juegos aún son importantes durante este tiempo. El sexo opuesto no les llama la atención por lo general, y hasta podría decirse que les genera cierta antipatía.
Es probable que aún con estas características el niño sienta curiosidad sobre su propia fisonomía o la del sexo opuesto; explorando a través de los juegos se inician las miradas, roces y los primeros besos.
Cuando el niño cumple los 10 años o quizá a los 9 se encuentra en la pre- pubertad lo cual significa que su necesidad por conocer más sobre la sexualidad irá en aumento, abren sus ojos hacia el entorno que los rodea, se identifican con modelos, cantantes o deportistas, y reafirman su identidad sexual.
Hasta los 11 años, el niño(a) empieza a vivir sus primeras fantasías sexuales, y las preguntas relacionadas a este tema no tardan en llegar, tampoco las ilusiones que lo llevan al enamoramiento.
El niño como ya hemos mencionado desea explorar su sexualidad, lo cual lo aproxima a tocamientos con personas de su mismo sexo. Muchos padres toman esta conducta con enojo, sin embargo más allá de observarlo como un acto indebido (cercano a la homosexualidad), sería más útil comprender este comportamiento y verlo como una oportunidad para orientarlo.