Si tu hijo se muestra ansioso, preocupado, distraido o muy nervioso, es una señal de que algo malo le ocurrió. El niño se mostrará retraido y en otros momentos agresivo.
Es posible que regresione con ciertas conductas:chuparse el dedo, orinarse en la cama, tener miedo de las personas desconocidas, pueden ser algunas de sus actitudes.
Se atemoriza ante la idea de ir a la escuela o al campamento y se niega a pasar tiempos con la niñera o el familiar a su cargo.
Tiene heridas o moretones recurrentes e inexplicables.
La inapetencia o ansias por comer se originan por la ansiedad o temor de ser maltratado nuevamente.
Los niños que son maltrados o abusados sexualmente suelen tener dificultades en los estudios y manifestar un lenguaje grosero o indignante en temas de índole sexual.
Si detectas algunos de estos signos de abuso en tu hijo(a) conversa con él, pide la ayuda de un especialista; y si lo crees necesario avisa a las autoridades de tu localidad sobre la situación.