Los niños que tienen labios leporinos no sólo tienen una anomalía estética, sino que también puede presentar problemas de aprendizaje en cuanto al desarrollo del habla, presuntas alteraciones en el desarrollo de sus dientes y suelen enfermarse frecuentemente de infecciones al oído.
Debido a la abertura del paladar y del labio, algunos niños presentan una voz con cualidad nasal y no llegan a pronunciar correctamente las vocales. Por eso es necesario que tu niño trabaje con un especialista del habla y del lenguaje, que evaluará sus capacidades de comunicación y lo supervisará de cerca durante todas las etapas de su desarrollo.
Por otro lado, los dientes de tu bebé pueden presentar algunas deformaciones en cuanto a la posición, el tamaño o aparecer fuera del tiempo correspondiente. En estos casos es necesaria la intervención de un odonto-pediatra para que evalué y cuide los dientes de tu bebé.
Finalmente, tu bebé puede enfermarse de infecciones del oído, debido al desarrollo incompleto del paladar y de los músculos palatinos, que son necesarios para abrir las trompas de Eustaquio (que se encuentran en cada lado de la garganta y conducen al oído medio). En este caso es necesaria la intervención de un especialista en audición, quien evaluará las dificultades auditivas de tu bebé.
Con un tratamiento adecuado tu niño con labio leporino puede alcanzar la seguridad necesaria para hablar, actuar y tener un aspecto como todos los demás niños.