Tienes que lavar diariamente el cabello de tu niño, con mucho cuidado y delicadeza utilizando un jabón de glicerina; y cepillarlo cuidadosamente usando un cepillo blando o una toalla.
Además, puedes aplicar sobre la cabeza de tu niño un aceite de almendras o un aceite de vaselina dándole un ligero masaje, y dejando que se absorba bien, durante diez minutos. Luego frota delicadamente la piel con la ayuda de una gasa esterilizada o con una bolita de algodón.
Después de algunas horas de la aplicación del aceite, lava cuidadosamente la cabeza de tu bebé con la ayuda de un jabón hipoalergénico (es decir, que no provoque alergias). Si la costra láctea es muy espesa, deja actuar el aceite durante toda la noche, para que las escamas se ablanden y sean más fáciles de quitar.
No trates de peinar el cabello del bebé con la intención de retirar las costras porque así se pueden provocar irritaciones e infecciones. Solo podrás utilizar el peine cuando las costras hayan desaparecido por completo.
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