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Los primeros pasos del bebé

Los primeros pasos del bebé 23 mayo, 2011

Empezar a caminar es un momento grandioso para el lactante. Ahora puede apreciar todo el mundo desde otra perspectiva. El niño recorre todo un proceso psicomotriz antes de lanzarse a caminar.

El control de la cabeza alrededor del tercer mes es el punto de partida hacia el desarrollo del tono muscular. Poco a poco se irá afianzando hasta que, a los seis meses aproximadamente, ya sostendrá bien la cabeza. Esto le permitirá mantener la postura y el equilibrio para poder sentarse solo. A partir de los 9 meses, vuestro hijo está preparado para gatear, aunque sólo el 50% de los bebés lo hará. Unos meses más tarde, cerca del año, algunos conseguirán mantenerse de pie sin ayuda y entre los 12 y los 16 meses, caminará solo.

En muchas ocasiones existen antecedentes familiares: si padres o hermanos han sido muy lentos o rápidos cabe esperar que el pequeño siga la misma pauta. Tened en cuenta que no todos los bebés son iguales. Hay quienes adquieren ciertas pautas antes o después. Incluso algunas, como el gateo no las adquieren y caminan igual.

Generalmente, la marcha normal abarca un periodo que va de los nueve a los dieciocho meses. Por lo tanto, no hay que desesperarse si a los catorce o quince meses aún no camina. En un niño que es perezoso para caminar, debemos observar otros aspectos como si gatea mientras juega, si se mantiene de pie agarrado a la silla, si camina con ayuda, o si sentado apoya sus manos mostrando reacciones de defensa… Estos gestos querrán decir que ha adquirido las pautas madurativas previas. Podéis quedaros tranquilos que ya caminará.

La posibilidad de caminar solo también representa la posibilidad de separarse de su mamá por unos metros. Es un logro importante!! Ahora puede elegir adónde ir, qué juguete tomar, dónde investigar. Adquiere más autonomía, pero esto también lo asusta. Por momentos, el bebé se puede volver más demandante durante el día, o por la noche despertarse más veces con temores. Esta situación es pasajera y a medida que el niño afiance la marcha y se sienta seguro, sus reclamos cederán.

Una prueba que os ayudará a saber si se ha completado el proceso madurativo de la marcha, es si a partir de los 4 años salta a la pata coja. Aunque de nuevo hay que tener presente que algunos son más habilidosos y coordinados en sus movimientos que otros, sin que esto signifique que tengan ninguna alteración nerviosa u ósea.

Médicos generalistas, pediatras, endocrinos, especialistas en medicina deportiva e incluso naturalistas coinciden en la siguiente fórmula: «caminar es el ejercicio más completo y beneficioso que existe». Una receta universal que, aunque la practicamos a diario, no le dedicamos el tiempo suficiente. ¿Qué tal si empezamos a inculcarles este hábito tan sano desde pequeños?

Haced lo posible para que los niños caminen a diario, distancias largas. Aunque penséis que vuestro hijo lo hace, la realidad nos demuestra que, desgraciadamente, muchos niños de hoy en día caminan muy poco. Van de la cuna al parque, o de la sillita a los brazos. Esto hace que cuando los pongamos de pie para que comiencen a andar, los niños se caigan o se cansen con frecuencia. Además, estaréis contribuyendo a debilitar su masa muscular y aumentar su flacidez. Me preocupa la gran cantidad de progenitores que acude a los colegios y guarderías con su sillita de paseo vacía para recoger al niño y llevarlo a casa sentado en la misma. Esto es una mala costumbre, deberemos de intentar que los niños que vayan a la escuela no utilicen estos artilugios para ser transportados, que utilicen sus piernas y si pensamos que llegarán tarde, es preferible el salir de casa un poco antes, con el tiempo seguro que nos agradecen este cambio de actitud. Lo mismo sucede cuando vamos con un niño pequeño y tenemos que subir escaleras; la mayor parte de veces lo cogeremos al brazo para que no se canse o se haga daño, nuevamente estamos actuando mal, dejemos que el niño suba solo aunque tarde una eternidad.

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