Mientras más rápido se detecte el virus, antes se pueden tomar las medidas adecuadas, advertir a los padres, explicarles lo que viene, e indicar medicamentos y medidas de cuidado.
Para evitar el contagio, se recomienda prescindir de las aglomeraciones en invierno (malls, supermercados, salas cunas, jardín infantil, cumpleaños), no visitar lugares donde hay enfermos y lavarse las manos antes de tomar al niño, sobre todo si uno está resfriado.
La mayoría de los casos de bronquitis obstructiva son benignos y evolucionan bien con los cuidados de cualquier resfrío y el uso de broncodilatadores.
Al contrario de lo que muchos creen, la utilización de vaporizadores para tratar a estos enfermos está totalmente desaconsejada. Después de años de su uso, se ha comprobado que están contraindicados en esta enfermedad. La humedad que brindan los vaporizadores sólo ayuda a despejar la nariz, pero no las vías respiratorias. Con el calor, se vasodilatan las vías respiratorias, justamente lo que no hay que hacer, ya que esto dificulta la respiración y aumenta la temperatura del niño.
Cuando la enfermedad llega a ser grave, se requiere la hospitalización y tratamiento con oxígeno. Muy ocasionalmente se puede llegar utilizar ventilación mecánica.