Los golpes en la cabeza o traumatismo cráneo encefálico (TCE) como decimos los profesionales de la salud son accidentes muy frecuentes en los niños y uno de los motivos más habituales de acudir a urgencias pediátricas para su evaluación. En la época de primavera y verano son más frecuentes por estar más tiempo al aire libre.
En términos generales, los golpes en la zona frontal, son más dolorosos que peligrosos ocasionando en un alto porcentaje de casos brechas en la frente con el consiguiente sangrado de la herida que normalmente sólo precisará puntos de sutura para su resolución. Todos conocemos las famosas chichoneras que se usaban antiguamente en esos niños que siempre se estaban dando golpes en la cabeza y además normalmente siempre en el mismo sitio.
Los golpes en la zona occipital o posterior de la cabeza y en la zona temporal o lateral, pueden ser más complicados y graves por lo que habrá que controlar muy de cerca al niño y ante cualquier síntoma anormal acudir al médico.
Como norma general, si nuestro hijo sufre un TCE y este no ha sido muy violento y vemos que el niño se comporta normalmente, estar tranquilos, solo es necesario vigilarle y acudir al Hospital si observamos que tras el TCE existe una pérdida de conocimiento o el niño presenta un cambio importante en su carácter, está agitado o atontado, presenta vómitos, al mirarle las pupilas estas no son simétricas, existe dificultad para mover un miembro, habla con dificultad y de forma incoherente, presenta una cefalea importante o presenta hemorragia por la nariz, oídos o boca. En estos casos, aunque el traumatismo sea banal, deberemos tener cuidado pues podrían existir complicaciones.
En Urgencias cuando asistimos al niño, realizamos:
- En primer lugar una anamnesis o preguntas a los padres de cómo ha sido, con qué ha sido, dónde ha sido y cuando ha sido e intentaremos recabar información de los síntomas y actitud del niño desde el momento del TCE hasta que es visto por nosotros.
- Posteriormente realizaremos una exploración completa de todos los órganos y sistemas haciendo especial hincapié en la exploración neurológica.
- El siguiente paso es normalmente el realizar un TAC o una Resonancia Nuclear Magnética Cerebral para investigar la posibilidad de que tras el traumatismo se haya producido una hemorragia que si que podría ser grave.
Si existe una fractura del cráneo, sin hallazgos hemorrágicos, hay que saber que normalmente consolida sola y solo precisa de observación a no ser que exista un aplastamiento o deformidad importante del hueso que indique tratamiento quirúrgico por parte del neurocirujano para reducir el problema.
El tiempo de vigilancia normalmente puede llegar a ser hasta de tres días y esto es debido a que muchas veces de entrada no encontramos nada ni en la exploración física ni radiológica mediante TAC o Resonancia Nuclear Magnética, pero se podría estar formando un hematoma que de entrada no se visualiza ni da síntomas y que con el paso de las horas puede aumentar y ocasionar un problema importante en el niño comprometiendo incluso su vida si no es abordado urgentemente por el neurocirujano para intentar evacuarlo.
Por tanto ante cualquier TCE en el niño, en primer lugar calma, en segundo lugar evaluar el comportamiento del niño o de la niña y en tercer lugar actuar en consecuencia según lo comentado anteriormente. Afortunadamente en la mayor parte de los casos, los golpes en la cabeza no suelen revestir importancia.