Algunas de las causas que pueden hacer proclives a los bebés a una muerte súbita son:
- Que duerman boca abajo.
- En la misma cama de los padres.
- Con tendidos blandos, almohadas o edredones que puedan ahogarlos.
- Madres fumadoras.
- Bebes prematuros.
- Antecedentes de hermanos con síndrome de muerte súbita.
No se trata de causas definitivas y en cualquier caso lo mejor que se puede hacer es prevenir teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Acostar siempre al bebé boca arriba.
- Utilizar colchones firmes.
- Dejar que el bebé duerma solo, sin la compañía de otros niños y menos en la cama de sus padres.
- Permitir que la cuna del bebé quede en el cuarto de los padres, para monitorealo fácilmente.
- Asegurarse de que la temperatura donde duerma e niño se mantenga en un punto medio. El bebé nunca debe sentirse caliente al tocarlo.
- Algunos especialistas afirman que el chupete o biberón al momento de dormir puede contribuir a mantener abiertas las vías respiratorias.
- Nunca fumar cerca del bebé.
- Darle leche materna la mayor cantidad de tiempo contribuye a evitar algunas infecciones respiratorias asociadas con el síndrome de muerte súbita.
Los padres que pierden un hijo por esta causa viven intensos períodos de duelo y de culpa. Es importante que asistan a grupos de apoyo y pidan asesoría para saber cuándo es conveniente pensar en tener otro hijo.