El rechinamiento de dientes, más conocido como bruxismo, puede producirse por causas psicológicas o físicas.
Cuando hablamos de causas psicológicas nos referimos a todos aquellos trastornos o alteraciones que pueden desencadenar tensión emocional o estrés.
Dentro de las causas psicológicas se incluyen por ejemplo, los casos de hiperactividad, es decir un niño que durante el día no para de hacer cosas, al llegar la noche continua de alguna forma su actividad apretando y rechinando los dientes.
Si hablamos de causas físicas, podemos incluir: dolores de cabeza, dolor de oídos, aparición de nuevos dientes o caída de los dientes de leche, así también una mala posición de los dientes que pueden interferir en la forma de cerrar la mandíbula.