Si te das cuenta de que tu niño está atravesando por una crisis de epilepsia, lo primero que debes hacer es mantener la calma, aunque a veces sea lo más difícil de conseguir.
- No intentes controlar o parar las convulsiones. Siempre debes retirar los objetos con los que pueda golpearse. Evita que sufra caídas bruscas y se golpee la cabeza.
- No intentes abrir, ni introducir ningún objeto en la boca, ya que nunca se tragará la lengua.
- Coloca debajo de su cabeza algo blando, como una chaqueta doblada o una manta. Además, gira su cabeza a un lado para evitar que se acumule saliva en su boca.
- No intentes ayudarlo a respirar, no lo necesita, a menos, de que tenga dificultades una vez finalizada la crisis.
- Permanece a su lado hasta que finalice la crisis, ya que puede haber confusión, desorientación ante la crisis. Luego de la crisis déjalo descansar, pues es lo que más necesita.
Si es una crisis generalizada tónico-clónica, es preferible que retires comida u otros objetos; aunque muchas veces es imposible, debes intentar retirarlos porque puede haber un riesgo de asfixia.
Por otro lado, si es la primera vez que le ha sucedido una crisis, si la crisis dura más de 10 minutos o si tiene más de una crisis y no recupera la conciencia entre una y otra, debes acudir de inmediato a un hospital.