Considera la edad de los niños antes de corregirlos.
Acuerda con tu pareja una forma de crianza uniforme para sus hijos y los tuyos. Lo mejor es llegar a un equilibrio que no afecte demasiado a tus hijastros debido a las diferentes formas de educación.
Es importante que los pequeños conozcan previamente cuál será la consecuencia de su conducta. Conversa con todos los niños sobre las normas a seguir de hoy en adelante.
Cuando reincidan una segunda o tercera vez en la misma actitud, necesitas perseverar en la corrección, pero sin llegar a ser intolerante; no olvides que muchas veces el mal comportamiento de los niños esconde en el fondo un problema en sus emociones que es necesario detectar.