Aunque cada niño puede experimentar de forma diferente una quemadura solar, existen algunos síntomas comunes, que te presentamos a continuación y que debes tener en cuenta.
Estos síntomas pueden incluir enrojecimiento, hinchazón de la piel, dolor, ampollas, fiebre, escalofríos, debilidad, sequedad, comezón y desprendimiento de la piel días después de la quemadura.
La zona afectada puede estar enrojecida y adolorida en función del tipo de quemadura, que puede ser de leve o grave. Si la quemadura es leve, la piel del bebé está irritada. En cambio, si es grave pueden aparecer ampollas, fiebre o edema (hinchazón).
Las quemaduras pueden llegar a manifestarse horas más tarde de la exposición al sol; por eso es importante que siempre consultes con tu médico para obtener un diagnóstico.
No olvides que la mejor manera de proteger a tu niño de una quemadura solar es NO exponiéndolo al sol, durante varias horas, o exponerlo con el debido cuidado.